Enclavado en un escenario impresionante, el Pueblo Blanco de Ronda se alza como un joya de la arquitectura tradicional andaluza. Sus calles blancas serpentean entre casas de paredes blancas, creando un paisaje que cautiva a cualquiera. La historia de este pueblo se entrelaza con la leyenda y las tradiciones, dejando tras de sí un legado profundo.